Italia durante la Primera Guerra Mundial

Sistema de alianzas en Europa antes de la Primera Guerra Mundial:
     Triple Entente
     Triple Alianza
     Países neutrales
El Reino de Italia no participó en el bando de la Triple Alianza porque era una alianza defensiva y fue Austria-Hungría la que inició la guerra. Durante un año negoció con ambos bandos para elegir en cual participar y, en mayo de 1915, acabó entrando en la guerra en el bando de la Entente para luchar contra sus antiguos aliados de la Alianza.
En 1914, Europa dominaba toda África, con la excepción de Abisinia (actual Etiopía) y Liberia, una muestra del imperialismo europeo, que también provocó continuas tensiones entre países durante la colonización del continente, vista como muy desfavorable para Italia y Alemania y muy beneficiosa para Francia y Reino Unido. Otros países como Portugal, España o Bélgica tenían unas pocas colonias.

La historia de Italia durante la Primera Guerra Mundial comenzó con el país neutral en la «Gran Guerra».[1]​ Entró en ella en mayo de 1915,[2]​ con el objetivo de completar la unión de los territorios de población mayoritariamente italiana y de conseguir fronteras de más fácil defensa.[3]​ Había negociado con los dos bandos, pero las conversaciones con los Imperios centrales fracasaron debido a lo exiguo de los territorios que estos le ofrecieron a Italia y por el desacuerdo sobre cuándo los obtendría.[4]

La inicial acometida italiana de 1915 contra las defensas austrohúngaras en el río Isonzo fracasó.[5]

En el frente austro-italiano, se libraron doce batallas en el frente del río Isonzo, que concluyeron con un fracaso de las ofensivas italianas en octubre de 1917.[6]​ En mayo y junio de 1916, los austrohúngaros atacaron a los italianos en el Trentino, pero también sin conseguir avanzar.[7]

En octubre de 1917, el Ejército italiano quedó temporalmente desbaratado por las graves derrotas de Caporetto y del Isonzo.[1]​ Para sostener al país, los Aliados le enviaron un cuerpo expedicionario.[6]​ El descalabro de Caporetto supuso un punto de inflexión para Italia: la guerra ofensiva que se había sostenido de 1915 hasta entonces se transformó en defensiva.[8]​ En el conjunto de los Aliados, la derrota de Caporetto y la consecuente pasividad militar durante casi un año hizo del país un miembro secundario, dominado por los más poderosos.[8]

En vísperas del final de la guerra, en octubre de 1918, Italia emprendió una nueva ofensiva contra los austriacos, que sería una victoria definitiva: la batalla de Vittorio Veneto.[6]

Las derrotas militares llevaron a que, pese a contarse entre los vencedores de la guerra, el país no obtuviese las metas esperadas de la Conferencia de Paz de París.[1]​ La contienda le costó al país más de un millón cien mil bajas, entre muertos y heridos.[9]

  1. a b c Boudas, 2009, p. 2.
  2. Boudas, 2009, pp. 2, 7.
  3. Stevenson, 2013, p. 226.
  4. Albrecht-Carrié, 1948, p. 330.
  5. Stevenson, 2013, p. 166.
  6. a b c Boudas, 2009, p. 7.
  7. Stevenson, 2013, p. 167.
  8. a b Boudas, 2009, p. 372.
  9. Schindler, 2001, p. XII.

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